Resulta curioso como una propuesta, más o menos alternativa, se convierte en una realidad mainstream, aún sin buscarlo. Pero es que el primer disco de Adam Levine y compañía nos demuestra como se puede hacer pop (con algunos matices de rock, grunge e incluso de jazz) sin caer en la tentación de venderse a la industria, aunque algunos opinen que con sus últimos trabajos lo hayan hecho. Pero yo confió en ellos. Yo confío en Maroon 5.
Y es que el primer disco de Maroon 5, por lo menos a mí, me encandiló cuando oí por primera vez haya por el año 2004 (qué jóvenes eramos) This Love, el primer gran éxito de la banda y segundo single extraído del álbum, una canción típica para darse a conocer: 3:26, AABA, de armonías suaves, pegadiza. Un hit en toda regla.
Pero hay que ver más allá de los singles sacados, en especial del citado This Love y de She Will Be loved, otra de las grandes canciones del disco, que fueron las más radiadas en las ondas españolas. Harder To Breathe y Shiver son las canciones que demuestran el espíritu rockero, canciones con unas guitarras potentes que ejecutan riffs claros y precisos, con ese aire alternativo que citaba al principio. La voz de Levine en ocasiones recuerda a la de Kurt Cobain. Es más, abro paraguas: Adam Levine es mejor cantante que Kurt Cobain. Tiene una voz con muchos más matices, que van desde el rasgamiento más profundo de la voz hasta el falsete marca Barry Gibb, aunque este predomina más en los dos últimos trabajos. También es verdad que en general Nirvana no cuenta con mis mayores estimas, aunque ya habrá tiempo otro día para hablar de ello.
Otras canciones más que interesantes son Tangled o The Sun, que siguen en la misma línea, conjuntado un pop-rock tipicamente americano, para llegar a las que menos me convencen del disco, Must Get Out y Secret, que pecan de ser baladas bastante insustanciales.
Las tres últimas canciones del álbum son seguramente las más desconocidas pero para mi gusto es el claro reflejo de lo que es el disco y de lo que era en un principio no muy lejano el sonido Maroon 5. Tras un comienzo tremendamente rompedor, en especial Not Coming Home (donde en ocasiones la guitarra de James Valentine al Frusciante de la mítica etapa del Blood Sugar Sex Magik), las canciones alcanzan un clímax total acompañado del respectivo solo, nada que ver con el concepto que tienen algunos de Maroon 5.
No se si os habeís dado cuenta, pero me he guardado una para final, que como no, se trata de Sunday Morning. Grabada en los estudios de Abbey Road (todos conocemos lo que se ha creado allí) ciertamente recuerda a aquellas canciones de los 60 de Ray Charles y al Stewie Wonder que maravilló al mundo. Una pequeña obra maestra, en donde el pianista Jesse Carmichael coge el protagonismo y todos los integrantes se compenetran a la perfección.
A partir de aquí qué. Para unos un segundo disco decepcionante, para mí no, pero si algo inferior, aunque Makes Me Wonder es una canción pop superlativa, El último disco, Hands All Over, sigue el mismo camino que el segundo, con un primer single más que notable. ¿El resto del disco?: mis primeras impresiones son aceptables, pero sin alardes. Demasiado continuista.
Un disco reconocido pero seguramente no lo suficiente por la crítica especializada, una muestra de que en la música americana existe algo más que lo conocido (me ahorro los nombres). Y es que lo digo así. Maroon 5 me gusta y mucho.
PD: A partir de ahora puntuaré los discos analizados en esta sección. Así que la cosa queda de esta manera.
Prueba de Sonido 1: Electric Warrior: 9
Prueba de Sonido 2: Hot Fuss: 9
Prueba de Sonido 3: The Black Album: 8
Prueba de Sonido 4: Songs About Jane: 8,25
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